Día 8: Parque natural de la Laguna Negra y Vinuesa

Kilómetros aproximados: 120.
Nuevamente otro día en el que el despertador sonaba prontito, y tras las duchas, desayuno y cargar maletas, poco antes de las 9 estábamos en marcha.
En algo menos de dos horas llegamos a nuestro destino, al norte de la provincia de Soria, el PARQUE NATURAL DE LA LAGUNA NEGRA, esta laguna de origen glacial, está situada en los Picos de Urbión. El día estaba bastante bien, pero hacía bastante fresco, llegamos hasta el parking 1 y encontramos sitio. Nos hicimos las primeras fotos y comenzamos el sendero, nunca imaginamos que nos encontraríamos ante semejante pared, pero nos lo tomamos con calma y fuimos subiendo poco a poco.













Esta es la subida hasta el Mirador

Al llegar arriba al mirador las vistas eran increíbles, y aunque la idea inicial era seguir la ruta, después de la subida que nos habíamos encontrado, como el tiempo por allí no estaba tan bien como abajo, decidimos dar media vuelta; el camino de regreso era por el mismo sitio y algunas piedras estaban mojadas y muy resbaladizas, así que no queríamos arriesgar y que lloviera, y además de que la bajada fuera complicada, fuera también peligrosa.





Ahora había que bajar




Una vez abajo, antes de irnos, estuvimos un buen rato haciéndonos una sesión de fotos y disfrutando de aquel paisaje tan bonito.





Y luego en media hora más o menos, llegamos a Vinuesa que era donde teníamos nuestro alojamiento para esa noche, fuimos directos a comer, elegimos Restaurante Laguna Negra, pedimos del menú del día, con la temperatura que había por allí, apetecía comer de caliente, comida casera y muy rica, salimos por pareja a 33 €.




Justo al lado del restaurante teníamos nuestro alojamiento, Hotel Virginia R.H., en un momentito hicimos el check-in y subimos a dejar las maletas.


Decidimos salir a pasear un rato tranquilamente, VINUESA es es bastante pequeño, así que no nos llevó mucho tiempo, luego nos tomamos algo mientras esperábamos a que se hicieran las 6, que era cuando abrían las tiendas, para comprar algo para cenar en nuestras habitaciones. Se ve un pueblo con vidilla, en verano debe haber mucha gente pues se ven muchos alojamientos y bares, que ahora estaban cerrados.









Una vez comenzó a anochecer regresamos a nuestro hotel, y pasamos el resto de la tarde en habitación, y cenamos de bocata con lo que habíamos comprado.

 

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